Naufrago

8 de marzo de 2010

¿Cómo pretender que no pasa nada?, si mi rostro refleja una sonrisa vedada por el espacio que contaminas mi alrededor. ¿Cómo decirle al tiempo que se precie de este instante y que no sigua con su rumbo?, ¿cómo no decirlo abiertamente?, es necesario para la consternación y el estupor, que llegan con la necesidad de postrarse en algún lugar, pero en la batalla saldrán perdedores y el triunfo de la seguridad es perpetua.

Aunque se postre esa necesidad, aunque el tiempo no se detenga y a pesar de todo lo vivido, la confianza regresa y con mucha fuerza, con ganas de quedarse y de no partir. El miedo se transforma de manera alegórica y la ruina parte a la tierra de sombras.

Es un sentimiento conocido al igual que el regreso de afortunada desdicha interior. Ahora solo rio por ese tiempo que se detiene al verte caminar, ahora el naufrago encuentra un trozo de madera en la inmensidad del mar oscuro, tú.


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