Vedado

El recuerdo una canción eterna, una tumba en el silencio y una bruma que se cierne en la letra inconclusa de una partida sin determinación. Dejarte ir, lo puedo soportar, lo que no cabe en la copa es la despedida que continuamente me bebo y que no alcanzo a contemplar su fin.

El pasado retorna en imágenes estáticas, regresa como un tren sin frenos y los lamentos se acomodan en una pila de papeles amarillos... canción que no tiene fin, canción que no se pronuncia en compañía.

Destierro la nota vedada y el instrumento de muerte quebrado por la ilusión de vida ya casi extinta en un deseo difuso por aquel pasado nocivo. Oh! gloria eterna de tu partida, grito eterno de la despedida...

Así, inconcluso es el cuento de aquel que no sabe escribir de una vida que no es la mía, que tampoco pretendo que lo sea, solo que acompañe mi soledad y no parta en la madrugada que se parte la tierra con una pasión olvidada.

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