Bebí de aquel néctar en la noche oscura, los fantasmas se disiparon en el instante que la piel se contagio del deseo y las palabras sobraron en el instante perdido de su mirar... En el recuerdo, nada la nueva incertidumbre, en la soledad se despliegan las alas negras de un ángel condenado a perseguir una ilusión... Una cadena rota por un principio fundamental, la supervivencia... La ley del más fuerte o de aquel que entre sueños y demonios necesita menos que el otro...
Estirpe divina de la sombra eterna, relega una pasión, delega una sensación, libera el instante y borra de este cuerpo su recuerdo, lamenta en una eterna gloria un destino desfigurado por la realidad... mortal camino al desencanto nocturno, dame el néctar, dame el deseo... no regreses a esta piedra que se pudre con el paso del minuto caído, no regreses si no es para llenarme de tu hastío y regalarme otro seductor momento.
Me pierdo en la nostalgia de un sueño, me consume la llama extinta... no hay prisión más placentera que tu destierro y no hay mejor recuerdo que tu olvido.
Desfigura mi alma y regresa con la necesidad de partir nuevamente!
Mintiendome... de nuevo.
1 de marzo de 2010
Publicadas por Se me ocurrió a la/s 2:28 p.m.
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1 Delatores:
Intenso!
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