No hay razón, no hay motivos que digieran esta pesadez, esta agonía interior que no se como describir. Todo pasa sin ser contemplado, ni para bien, ni para mal. Simplemente pasan y siguen de largo sin dejar rastro.
La nostalgia se apodera de mi instinto de supervivencia, la flama del terrorífico pasado se aviva, las cenizas de aquel ave surgen del misterioso fuego y la contemplación de mi sedienta muerte observo en tercera persona.
No hay sabores, no hay colores, no hay... nada. Simplemente camino en un espacio contaminado por necesidades humanas, una sonrisa, un epitafio, un sonido, la desolación... todo es extremo, ningún gris... no hay intermedio.
No me siento bien,
¡es claro!,
¿tu?,
¡Sí!, yo, ¿porqué?, ¿miedo?,
No, solo que es extraño... Bueno suerte.
¡Corre como el cobarde que siempre es!...
Un sin sabor
4 de marzo de 2010
Publicadas por Se me ocurrió a la/s 6:12 p.m.
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