Nocturna irrisión de póstumas notas, canciones muertas que destierran al sentimiento, es una notoria burla al destino. La partitura se escribe al mismo tiempo que se descubre entre fugas y caprichos del compositor. No hay compás que acompañe al soneto que se descubre en su figura oscura.
Intervalos e inversiones marcan la desencantada triada de su mirar, es desolador el instante que deciden tus pies cambiar la temporalidad del espacio que habitamos y con sonrisas cambias la determinación.
Una noción de incertidumbre llena la habitación en aquel momento que te despides. No hay plica que sostenga la caída de la escala en quasi comme un inferno dejando el descanso en un pianissimo sin saber como concluir ese compás.
Figuras y sonidos escritos en un papel, en una partitura, que resuelven una canción inconclusa, no hay obra musical completa, no hay perfección en este estado. Eres la contradicción en la escritura y la interprete de la partitura.
Musicalmente hablando...
3 de marzo de 2010
Publicadas por Se me ocurrió a la/s 1:46 p.m.
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