Sobre la Chimenea

7 de enero de 2009

Una mesa, un vaso con licor y tres velas, una chimenea encendida y sobre ella una imagen deteriorada por el tiempo y un arma, “¿Qué me sucede?”  -me pregunto-. Levantando de nuevo el vaso y el licor ahoga mis asfixiantes pensamientos por la rudeza del mismo. “Es una década de lo mismo” -me replico-. La sobriedad no me acompaña en estas noches de silencio y desolación, aunque afuera los arboles danzan en un interminable compas no hay viento que susurre sus pensamientos en el marco de mi puerta, aunque el cielo oscuro se tapice de estrellas que están condenadas a ese silencio y soledad eterna sin poderlo describir. 

Observo una y otra vez la imagen, me detengo en cada segmento deteriorado a ver el cambio del tiempo, pero no sucede, es exactamente igual que hace tanto, ni siquiera el sepia de la vejes borra su hermosura “¡Oh Dios!, ¿Qué podía hacer yo?”-suspiro-. De nuevo otro trago me dispersa de las locuras y me sumerge en otras más destructivas, tomo el arma con más desespero que respeto, la introduzco en la boca “¡Ahora sí!”-pienso-, todo me tiembla, un último respiro, cierro los ojos esperando el final, hago una leve presión al gatillo y un golpe en la puerta me saca del estupor violentamente. 

Con la mirada en la puerta mi cuerpo tiembla más de miedo que de emoción, “¡regresó!” -pienso-, me levanto con energía, tiro el arma al filo de la chimenea, uno, dos y me detengo al tercer paso, mi alegría se va dejando un vacio insoportable y mi cuerpo inmóvil se encuentra en medio de la habitación sin esperanzas. Volteo a ver la imagen sobre la chimenea y parece reírse de mi desgracia, se ríe de mi infortunio. Agacho nuevamente la mirada y veo en la poca luz una esperanza a mi hondo penar… el cañón del arma me apunta, se dirige hacia mí, devela mi ilusión y mata mi dolor, camino lentamente para recoger mi salvación. Ahora con mayor decisión la llevo de nuevo a la boca y esa mirada en la imagen que antes parecía reírse de mí, ahora me sonríe, ¡me sonríe!... recargo mi cuerpo sobre la chimenea y lloro constantemente al lado de la imagen, ese recuerdo constante de esta soledad y desolación de tanto tiempo. 

El llanto se convierte repentinamente en rabia, tomo la imagen y la tiro al fuego inclemente, “¡eso es lo que mereces!”, -grito-, y al volver en mí de la cólera, quemo mis manos con desesperación buscando la imagen en el fuego, “¡lo siento!, ¡lo siento!”, brotan incontenibles lágrimas de mis ojos, en un pequeño respiro, estos que eran presa de la humedad,  recaen sobre la imagen llena de cenizas, nerviosamente la beso queriendo recordar el calor de sus labios y recibo el sin sabor del fuego que  se extingue. 

Esta soledad se hace cada vez más grande, ya veo el fondo del vaso consumido por mi intranquilidad y el tambor del arma lleno por mi incompetencia. Una mesa, un vaso sin licor y tres velas, una chimenea apagándose y a su lado una imagen deteriorada por el tiempo, un cuerpo sin vida y un arma que le hace falta en su tambor una bala. “Aun te sigo esperando”…

End Of The Road - Sentenced

6 de enero de 2009

Here we are, now lay the burden down
We're coming to the end of our road
Sorrowful yet glorious somehow
To be humming this one last ode
So calm and still... it wasn't all
that bad, or was it now?
Fulfilled... it doesn't only hurt to end it now

The funeral

The memories beneath the dust of years
They seem like those of someone deceased
There's no more to be done, or hoped or feared
Just waiting for the final release
So calm and thrilled... it wasn't all
that bad, or was it now?
Still it doesn't only hurt end it now

Is life over, this life's over?
Or has it only just begun?
It grows colder, starts to moulder...
Coming apart yet still not done
Forever one

Tiempo... ¿solo eso?

La ausencia pesa en mi corazón, la pena surge por todos lo rincones y las lagrimas nublan el sendero incierto que camino con resignación.

El timido tiempo pasa dejando su polvo sobre los recuerdos, la sofocante soledad llena los espacios de distancia... parece el final del camino, no veo mas allá de la neblina. Camino lentamente a un destino incierto y desfigurado, el futuro se desvanece y cae al vacio lentamente, como hojas en otoño... pero el otoño termina con la ultima hoja en el piso... luego viene el inclemente frio que congela la vida a su placer.

¿aquí termina todo? o ¿comienza todo?, es dificil saber, la carga se vuelve más pesada siendo menos, solo el tiempo dara su veredicto final... él es el que tiene la ultima palabra.