No hay tiempo para tristeza...

24 de marzo de 2010

Así es… un pequeño renacer que se vuelve constante, con una muerte anunciada… volví a ver ese amanecer, ese destello que en ojos perdidos que distraen la palabra justa en el momento más inesperado… como el temor es más fuerte… la réplica de una canción broto… y en el instante esa sonrisa, ese mirar y esa alegría murió por la estupidez de mi precoz caminar por este mundo.

De nuevo, un pequeño renacer, una sensación pocas veces vista, pocas veces vivida y admirada, decidió dejar este punto y coma en alteración para continuar la historia o simplemente para enumerar mis errores. Hoy lamento el extinto brillo de sus ojos en mis palabras, hoy lamento… como cualquier canción de amor decadente… esa mirada tierna y llena de desilusión po mis palabras embriagadas y llenas de cólera contenida por los siglos…

Es la única que soporta este penar… y no siento que me lo diga, solo pienso que necesito que sea de esta manera… solo quiero que sea de esta manera…

A ver si resisto que ella me resista… buenas noches…


Adagio in G Minor

23 de marzo de 2010

¿Sí en algún momento llene mi cuerpo de licor porque la depresión le ganó a la risa y la aplastó de manera vil?, lo tendré que olvidar porque nunca me acompaño una canción tan llena de dolor como la que se tiene en este momento para este pedazo de llanto y dolor que se plasma con mis palabras que no tienen un futuro más que desaparecer en los oídos a los que nunca llegan.

Adagio in G minor” (Remo Giazotto), es la composición que adorna esta tristeza que no sé como más sacar de esta pútrida noche que se cae en la desolación de esta habitación y no sé como contener esas desfiguradoras lágrimas que se vierten a ese vacío espacio que no habitas conmigo, pero que en mí estás.

Que sórdida situación de mi cuerpo y alma en este momento... la verdad hace rato no sentía tanta tristeza... demasiada para ser honesto... y el licor no alcanza... los oídos a los que hablo se cierran y la noche se cae en pedazos como sí la lepra fuera su única muerte...

Es una respuesta que no te puedo dar (contesto), o bien sí, pero con una metáfora "No hay corazón capaz de soportar esta tristeza que yace en la penumbra de mi cuerpo, no hay razón que contemple mi penar con resignación, simplemente el amor está ahí postrado a tus pies... está esperando su desdén para poder morir con un poco de dignidad, y aunque por ti, posiblemente no escuche razón y mucho menos te la quite sin que perdone aquel dolor"... esta es la respuesta... y sí, cuando escribo me desahogo un poco... pero no lo suficiente... no siempre saco toda la mierda que cargo diariamente, pero entre los versos hay algo oculto, algo que si quieres descubrir, simplemente es preguntar…

Con la consternación y la desgracia de mi lado, pido al cuerpo que resista esta sentencia que doy a una vida que se consume, como muchas veces lo he escrito, entre el licor y el cigarrillo… es una sinfonía de muerte lenta, que al paso de los años me llevará a la eternidad contigo, así sea para no estar unidos en la muerte, pero eternamente contigo contemplaré aquellos amaneceres sin saber de donde provienen… contigo eternamente transitare el camino a la destrucción.

Gracias, espero que este llanto llegue a su destino más no por compasión espero alguna respuesta, nunca la esperaré, pero si llega, de nuevo gracias.

Tesuer!

Naufrago

8 de marzo de 2010

¿Cómo pretender que no pasa nada?, si mi rostro refleja una sonrisa vedada por el espacio que contaminas mi alrededor. ¿Cómo decirle al tiempo que se precie de este instante y que no sigua con su rumbo?, ¿cómo no decirlo abiertamente?, es necesario para la consternación y el estupor, que llegan con la necesidad de postrarse en algún lugar, pero en la batalla saldrán perdedores y el triunfo de la seguridad es perpetua.

Aunque se postre esa necesidad, aunque el tiempo no se detenga y a pesar de todo lo vivido, la confianza regresa y con mucha fuerza, con ganas de quedarse y de no partir. El miedo se transforma de manera alegórica y la ruina parte a la tierra de sombras.

Es un sentimiento conocido al igual que el regreso de afortunada desdicha interior. Ahora solo rio por ese tiempo que se detiene al verte caminar, ahora el naufrago encuentra un trozo de madera en la inmensidad del mar oscuro, tú.


RÉQUIEM A UN SENTIMIENTO

Deseando el calor de tu piel, me encuentro en la fría posteridad del amargo suelo poseído por el calor de un cuerpo que no es el tuyo, recorro en mi mente tus labios, que se posa sobre los míos… destilas amargas fragancias de muerte seca, pero en tu póstuma necesidad de vivir, está mi aliento de fuego que no llega a concretar ese deseo de fastidio que brota tan naturalmente.

Eres la calma en esta soledad tan insoportable, eres la compañía de una desventurada vida que se quema en cada minuto que marca el reloj en la pared que escogiste para ser etérea… entonces, te pregunto ¿en algún momento llegaras?... silencio, es la única respuesta a esta pútrida sensación de querer estar contigo y no poder conseguirlo… busco en ese baúl de los recuerdos, resquebrajado por aquella noche de demencia en que te sentí partir para siempre… busco un instante de alegría, que son pocos la verdad, pero lo busco para sentirme quizás en este momento menos miserable y sobre llevar esta desgracia que a veces olvido con el cuerpo de “esa” como creo que la llamas si bien te conozco… “esa”… que tanto te atormento y que después que te fuiste se volvió el rincón de mi cabeza… “esa” que no pregunta, que solo siente, ¿pero qué putas siente?... de mi solo está el reflejo de tu ausencia en su cuerpo, recorro ese cuerpo desnudo, descubriendo el tuyo ausente… descubro que “esa”… no eres tu… que mierda… que desgracia, pero gracias a “esa”… sigo aquí…

Sigo aquí, quizás esperando que regreses, solo yo lo sé, pero qué más da si caminas en un sendero nuevo y te pierdes en ese descubrir cosas nuevas… te asombras de tus sombras y de esa mierda que no tenemos ya… esa mierda de lógica que nos llevo a esto… a estar tu con otro y yo anhelando que “esa” seas tú… es una desgracia infinita en los brazos de extraños… es réquiem a un sentimiento.

Aquí me despido… con el amargo sabor de tu piel… descubierto en el sudor de “esa”…

Ultimas horas

EL INICIO DEL FINAL
El sepulcro me aguarda,
La eterna gloria ante mis ojos aparece
De mi cuerpo inmóvil brotan lágrimas de sangre.
La mano amiga extiende su fuerza para levantar mi último resguardo.
El cortejo inicia con resignación y dolor por mi pronta partida.
La ingravidez se hace presente
La penumbra crece en los corazones y la muerte despliega su velo en el llanto de los asistentes.

El dolor innombrable se hace carne y se apodera de mi cuerpo,
El brillo de mis ojos se extingue con cada paso de esta marcha.
Oh dolor insensato que brindas a mí la calma que siempre busque,
Oh dolor insensato que te apoderas de las almas aquí presentes,
La muerte, es tu aliento lleno de sombras y desolación para quienes siguen este camino de vida.
Paso a paso llega la despedida, llega el último adiós, llega el olvido en la fosa.
Mi cuerpo, carne de gusanos festín de la podredumbre de la vida, calmará tu hambre.

Oh tempestad oscura, demanda de ti la paz tu hijo,
La ruina ya está escrita, mi existencia infausta aquí termina,
El martirio apenas comienza y la angustia nace del olvido.
La copa se vacía y mas allá de la tumba esta el destino.
Últimas horas en esta tierra,
Últimas horas para el olvido,
Últimas horas con fúnebres vestidos.

LA RESIGANCION
La triste hora del suicidio,
Llena por completo el vacio
De un cuerpo que parte sin despedida
Esta condena muestra su fin
Ante mis ojos se muestra el olvido
No se despierta del estupor baldío
Un grito se escucha en el silencio
Mi nombre muere es su postrer suspiro

Alarga el tiempo de hijo perdido
Oh tempestad oscura, ruego de ti el descaso perdido
De mi insanable corazón, esta cavidad será su tumba
Las dilatadas soledades en la noche se muestran con dolor
Y mi cuerpo comienza su descenso eterno.

Oh tempestad oscura, demanda de ti la paz tu hijo
La ruina ya está escrita, mi existencia infausta aquí termina
El martirio apenas comienza y la angustia nace del olvido.
La copa se vacía y mas allá de la tumba esta el destino.
Últimas horas de dolor
Últimas horas para el llanto
Últimas horas para la despedida final

LA DESPEDIDA FINAL
La esperanza desaparece en el silencio
El cielo se oscurece de dolor
Mi alma se extingue en los llantos
El fúnebre grito de desolación llena mi partida
Mi muerte es un ocaso desdichado

Al final de los tiempos nos encontraremos
En este silencio me acompaña el recuerdo
Ya mi cuerpo no es móvil de esperanza
Solo queda una inscripción que ahoga el recuerdo en llanto
Y un epitafio que susurra mi nombre por la eternidad.

Últimas horas en esta tierra
Últimas horas para el olvido
Últimas horas con fúnebres vestidos
Últimas horas de dolor
Últimas horas para el llanto
Últimas horas para la despedida final


Un sin sabor

4 de marzo de 2010

No hay razón, no hay motivos que digieran esta pesadez, esta agonía interior que no se como describir. Todo pasa sin ser contemplado, ni para bien, ni para mal. Simplemente pasan y siguen de largo sin dejar rastro.

La nostalgia se apodera de mi instinto de supervivencia, la flama del terrorífico pasado se aviva, las cenizas de aquel ave surgen del misterioso fuego y la contemplación de mi sedienta muerte observo en tercera persona.

No hay sabores, no hay colores, no hay... nada. Simplemente camino en un espacio contaminado por necesidades humanas, una sonrisa, un epitafio, un sonido, la desolación... todo es extremo, ningún gris... no hay intermedio.

No me siento bien,
¡es claro!,
¿tu?,
¡Sí!, yo, ¿porqué?, ¿miedo?,
No, solo que es extraño... Bueno suerte.
¡Corre como el cobarde que siempre es!...

Musicalmente hablando...

3 de marzo de 2010

Nocturna irrisión de póstumas notas, canciones muertas que destierran al sentimiento, es una notoria burla al destino. La partitura se escribe al mismo tiempo que se descubre entre fugas y caprichos del compositor. No hay compás que acompañe al soneto que se descubre en su figura oscura.

Intervalos e inversiones marcan la desencantada triada de su mirar, es desolador el instante que deciden tus pies cambiar la temporalidad del espacio que habitamos y con sonrisas cambias la determinación.

Una noción de incertidumbre llena la habitación en aquel momento que te despides. No hay plica que sostenga la caída de la escala en quasi comme un inferno dejando el descanso en un pianissimo sin saber como concluir ese compás.

Figuras y sonidos escritos en un papel, en una partitura, que resuelven una canción inconclusa, no hay obra musical completa, no hay perfección en este estado. Eres la contradicción en la escritura y la interprete de la partitura.

Mintiendome... de nuevo.

1 de marzo de 2010

Bebí de aquel néctar en la noche oscura, los fantasmas se disiparon en el instante que la piel se contagio del deseo y las palabras sobraron en el instante perdido de su mirar... En el recuerdo, nada la nueva incertidumbre, en la soledad se despliegan las alas negras de un ángel condenado a perseguir una ilusión... Una cadena rota por un principio fundamental, la supervivencia... La ley del más fuerte o de aquel que entre sueños y demonios necesita menos que el otro...

Estirpe divina de la sombra eterna, relega una pasión, delega una sensación, libera el instante y borra de este cuerpo su recuerdo, lamenta en una eterna gloria un destino desfigurado por la realidad... mortal camino al desencanto nocturno, dame el néctar, dame el deseo... no regreses a esta piedra que se pudre con el paso del minuto caído, no regreses si no es para llenarme de tu hastío y regalarme otro seductor momento.

Me pierdo en la nostalgia de un sueño, me consume la llama extinta... no hay prisión más placentera que tu destierro y no hay mejor recuerdo que tu olvido.

Desfigura mi alma y regresa con la necesidad de partir nuevamente!