Una noche fria, en una ciudad exótica... se hunde en un torrente de lágrimas un sueño partido. Se escuchan partes incoherentes de sus quejidos, se desgarra la triste canción en notas de una vieja guitarra. El llanto no alcanza a cubrir la soledad y el cuerpo ausente no está para abrigar a otro que tiembla de dolor.
Adiós... quisiera decir, quisiera sentirlo realmente, pero es más complicado que eso... ¿cómo hacerlo?, talvez si pudiera comenzar de nuevo muy lejos de acá, ¿encontraría la forma? o simplemente sería otra forma de escapar a esta angustía personal (como dice kafka).
"...un grito asoma en la soledad, un cuerpo desgarrado de sus vestiduras no encuentra paz en su colera..."
Desespero, sí, lo se muy bien, es constante malestar y compañero, no muy agradable, pero me acompaña. Esta inmarcesible soledad se postra en los pies de mi desgracia y llena con su pútrido reflejo la cordura de mi ser.
Un susurro entra por la entre abierta ventana... un misterioso sonido que hace temblar mis huesos... ¿será el dictamen final?... o ¿simplemente busco razones que me den fuerza?. Esa voluntad de ser humano se consume como el humo del cigarrillo que consume lentamente mi vida... Todo desaparece lentamente, se nubla la ciudad al igual que mi ser... todo se torna gris... un gris pernicioso...
La incertidumbre presente se hace más fuerte... la angustia toma su lugar... todo es nocivo... pero igual... Adiós... simplemente.
Adiós... simplemente
24 de febrero de 2009
Publicadas por Se me ocurrió a la/s 12:45 a.m.
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